DesconectARTE

Helen Combart-
Snorkelthai (acrílico sobre lienzo)

Helen Combart deja los pinceles, se va de vacaciones y se convierte en Dalai Dama. Oh yeah!

Everything is possible. Everywhere in the world. But you must make it happens as well.

#Tailandia es el país donde todo es posible. Sólo tienes que dejar que suceda. Yes!
Un día puedes despertarte porque hay #monos en tu tejado. Wow!
Puede que un #elefante se enamore de ti. Ooooh…
Puedes perder el #pasaporte en la #isla de #KohSamui y encontrarlo en #Railay, una isla al otro lado del Gulf of Thailand. Really?
Seguro que en algún momento estarás tomando el #sol y la #arena desaparecerá. Ouch!
Estarás sudando a 40 grados y de repente aparecerá la #tormenta del siglo. Arghhh…
O una mañana verás ¡que ya no hay agua en tu #playa! Ups…
Te parecerá extraño, pero los #thailandeses pueden leer tu mente y saben lo que quieres. Ok! Es más, saben, antes que tú, la #excursión que quieres hacer. Eing?
Y en #Bangkok nunca sabrás si te están timando o ayudando. Ecs/Ocs! Porque en Tailandia todo puede pasar. Y en tu #vida, también.

#Busca, #bucea, #explora. Y recuerda que lo más valioso está en el fondo… (del #mar).

InspirARTE

rivoli59
         Rivoli 59. Acrílico sobre lienzo.

Jazz electrónico y el sonido de unas trompetas que te invitan a subir y descubrir el arte. En la calle Rivoli 59 de París, hay un edificio invadido por grandes ideas. Dividido en varias plantas, en él conviven artistas de diferentes nacionalidades y estilos. Muchos duermen allí, se duchan, comen, se inspiran, crean sus obras de arte… y además dejan las puertas abiertas para que entremos a sus talleres. Porque el arte es libre, y detrás de cada artista hay la intención de compartir su talento con el mundo entero.

ConcentrARTE

Mindfulness (acrílico sobre lienzo)
Mindfulness (acrílico sobre lienzo)

Me han hablado de un lugar maravilloso. Me han dicho que allí no existe la tristeza ni el dolor. Un lugar donde ni siquiera recuerdas quién eres. Sólo existe el presente. Vives en el aquí y en el ahora. Y no te importa nada que no sea real. Respiras profundamente cada milésima de segundo. Y no te preocupas por el paso del tiempo. Dicen que te olvidas de dónde vas. Que ni siquiera te lo planteas. Porque el camino en sí ya vale la pena. Y eres consciente, más que nunca, de lo que quieres. Sólo basta con concentrarte y no sentir nada en especial. No tienes que intentar ir a ningún sitio; sólo permitirte a ti mismo estar donde ya estás.

Quiero descubrir ese lugar. Y quiero que vengas conmigo.