AventurARTE

lineal
Lineal  (acrílico sobre lienzo)

La monotonía me aburre. La rutina me apaga. Seguir siempre el mismo camino es triste. Quejarse no lleva a ningún lugar. Conformarse es de cobardes.

Probar nuevos caminos es de valientes. Tener curiosidad me hace grande. Intentarlo una vez más me da fuerza. Esforzarme por conseguirlo es admirable. Buscar retos es de intrépidos.

Y en cada nueva aventura que comienzo nunca me olvido de divertirme.

InspirARTE

rivoli59
         Rivoli 59. Acrílico sobre lienzo.

Jazz electrónico y el sonido de unas trompetas que te invitan a subir y descubrir el arte. En la calle Rivoli 59 de París, hay un edificio invadido por grandes ideas. Dividido en varias plantas, en él conviven artistas de diferentes nacionalidades y estilos. Muchos duermen allí, se duchan, comen, se inspiran, crean sus obras de arte… y además dejan las puertas abiertas para que entremos a sus talleres. Porque el arte es libre, y detrás de cada artista hay la intención de compartir su talento con el mundo entero.

EncantARTE

quartierdefleurs
Quartier des fleurs (acrílico sobre lienzo)

Vuelvo de París y me sorprendo a mi misma cuando me preguntan qué me ha parecido.
“Es una ciudad impresionante. No hay para tanto. “
“Está sucia. Forma parte del encanto.”
“Es carísima. Los lujos se pagan.”
“Los franceses son muy amables. Los franceses son fríos y distantes.”
Y es que París es exactamente esto: una ciudad de contrastes. Porque ahora resulta que lo imperfecto es bello, y lo sucio es bohemio. Lo viejo tiene años de historia. Y la alta cocina parisina se resume a crepes y quiches.
La llamada ciudad del amor o ciudad de la luz es carísima y sucia. Y también es maravillosa e impresionante. Pero no pasa nada, porque tiene encanto. O como dicen los franceses: París, c’est chic.

ConcentrARTE

Mindfulness (acrílico sobre lienzo)
Mindfulness (acrílico sobre lienzo)

Me han hablado de un lugar maravilloso. Me han dicho que allí no existe la tristeza ni el dolor. Un lugar donde ni siquiera recuerdas quién eres. Sólo existe el presente. Vives en el aquí y en el ahora. Y no te importa nada que no sea real. Respiras profundamente cada milésima de segundo. Y no te preocupas por el paso del tiempo. Dicen que te olvidas de dónde vas. Que ni siquiera te lo planteas. Porque el camino en sí ya vale la pena. Y eres consciente, más que nunca, de lo que quieres. Sólo basta con concentrarte y no sentir nada en especial. No tienes que intentar ir a ningún sitio; sólo permitirte a ti mismo estar donde ya estás.

Quiero descubrir ese lugar. Y quiero que vengas conmigo.