Todo es posible. Pero se tiene que intentar. Y en este caso, cuanto más testarudo seas, mejor. El secreto está en no cerrar las puertas a nada, pero ser selectivos y sólo abrir aquellas que realmente nos interesan. Es maravilloso cuestionarnos todo y preguntarnos siempre: ¿Por qué no?
¿Por qué no puedo pintar un burro pensando en una zebra?
¿O por qué no puedo pintar una zebra pensando en un burro?
Lo único que es imposible es aquello que no se intenta.